viernes, 1 de octubre de 2010

Cuando acompañar a la muerte es parte de la vida

"Tarde o temprano, todos nos vamos a morir. Es necesario naturalizar este proceso y que cada uno decida cómo afrontarlo". Éstas son las máximas del área de Cuidados Paliativos del Hospital Central de Mendoza, que brinda contención a enfermos terminales. Sin embargo, distintos sectores se oponen a esta visión. Sumate al debate dejando tu opinión.




Cuidados paliativos organiza periodicas actividades en la granja


En medio del complejo debate acerca de la concepción que se debe asumir sobre la muerte, miembros del sector de Cuidados Paliativos del Hospital Central se manifiestan a favor de naturalizar este proceso. Además, confían en que debe ser el paciente el que decida hasta dónde llegar con los tratamientos, que en ocasiones causan mucho sufrimiento.

Marcelo Álvarez, médico a cargo de esta área que brinda contención a enfermos terminales, también resalta la necesidad de utilizar el humor durante los encuentros con sus pacientes. De acuerdo con el profesional, es una forma más de mejorar sus estilos de vida a pesar de los padecimientos.

La muerte como tabú

La negación, ese proceso que ponemos en práctica rutinariamente, tiene diversos fundamentos y, especialmente, una amplia variedad de derivaciones: por ejemplo, omitir algo tan real que escapa a las subjetividades propias de cada persona. Pasando en limpio, los seres humanos, basados en preconceptos surgidos del seno social, conforman un gran repertorio de temas tabú. Entre ellos, la muerte.

Sin embargo, desde el Hospital Central bregan por un cambio radical: considerar la muerte como un proceso natural del que se debe hablar sin tapujos. Asumido esto, "el paciente debe ser el primero en saber sobre la presencia de una enfermedad terminal, notificándole los tratamientos y sus consecuencias, para que pueda decidir en plena autonomía", manifiestan.

Sólo de esta forma, las familias que pierden a un ser querido podrán superar la amargura. "Todos nos vamos a morir. No podemos negar lo que es una etapa natural en sí. Hay que naturalizarla", insisten estos profesionales, que incluso "desafían" a la parca mediante el humor. "En ocasiones, los pacientes vienen llorando y se van riendo como locos después de escuchar un chiste. Es muy gratificante".


Pacientes y familiares realizando diferentes actividades recreativas


Sobre la autonomía del paciente

"Es fundamental que el enfermo terminal tenga absoluto conocimiento sobre su salud y que pueda decidir con total autonomía sobre su futuro. ¿O a caso alguien se quiere morir postrado en una cama de hospital lleno de tubos? El paciente, consciente de su estado, debe decir cómo afrontar ese momento", sostiene Álvarez (mat. 9316).

Por otra parte, los profesionales promueven la utilización de fuertes analgésicos -como morfina- para calmar el sufrimiento. "El problema es que se ha asociado la morfina con eutanasia, y no es así. Suministrada en la dosis exacta, el paciente puede llevar una vida normal, en un estado de total lucidez y ausencia de sufrimiento".

"En conocimiento de su situación, debe ser el paciente quien decida sobre la realización de tratamientos que puedan prolongar su vida", manifiesta Álvarez, en contraposición con aquellas familias que, sin consultar al enfermo, lo introducen en dolorosas sesiones que ofrecen pocas probabilidades de éxito. "El paciente debe vivir y morir en sus términos", evalúa el médico.

El humor como parte de los tratamientos

Un dicho popular cuenta que ante la risa que esgrime la muerte por la facilidad de su victoria, sólo resta devolverle la sonrisa.

Al estilo "Patch Adams", Álvarez -tucumano oriundo de Concepción- es un acérrimo defensor del humor como parte del tratamiento de sus pacientes. Proveniente de una familia de músicos guitarreros, él se autodenomina "la excepción a la regla", lo que tranquilamente se puede trasladar al ámbito de la salud.

"Se ha naturalizado un esquema vertical entre enfermo y médico que perjudica a ambos actores. Acá las prioridades las debe poner el paciente, no el profesional", expresa Álvarez, mientras un guiño de picardía en su rostro anticipa una particular evaluación: "Muchos médicos confunden seriedad con cara de culo".



Cambiar una mirada clásica

Lo que plantea Álvarez, junto al resto del equipo de Cuidados Paliativos del hospital, es la necesidad de modificar la concepción sobre la muerte. Cambiar la mirada temerosa ante lo que es un proceso natural. Para ello, el próximo 8 de octubre realizarán una bicicletada por las calles de Mendoza a favor de los derechos de "ley de muerte digna".


Cuidados paliativos cuenta con el apoyo de diferentes personalidades


Entre sus máximas, le ley promueve el alivio del sufrimiento, considera el morir como un proceso normal que no se debe acelerar ni posponer, ofrece un sistema de apoyo para que el paciente pueda vivir lo más activamente posible hasta su fallecimiento, ofrece ayuda a las familias, utiliza un enfoque multidisciplinario y mejora la calidad de vida durante el curso de la enfermedad.

Álvarez -que en su tono de voz exhibe sus travesías por Tucumán, Córdoba, Buenos Aires y Mendoza- es también uno de los responsables del Taller Estratégico para Volver a Sonreír, destinado a los familiares en duelo. "Cualquiera puede participar, es de acceso gratuito y lo realizamos en el sexto piso del Hospital Central, los jueves a las 16:00", explicó el médico.

Como culminación de la entrevista, Álvarez da cuenta de su fascinante capacidad sintáctica. "Cuando establezco el vínculo con el paciente, lo hago sabiendo que se va a morir. Cuando el paciente se va, uno no llora por su partida, sino porque se queda acá, solo, sin él", concluyó.


El Doctor Marcelo Alvarez(la llama no, el otro xD)

Este material me lo enviaron a mi e-mail espero les sirva

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